Publicamos una tribuna en El Economista hablando sobre las donaciones de alimentos y el nuevo proyecto de Ley contra el desperdicio alimentario.

Más de 6 millones de personas sufren inseguridad alimentaria en España mientras se desperdician 1.300 millones de kilos de alimentos. El Gobierno Español ha querido dar un paso más en su estrategia para cumplir el objetivo fijado por la Comisión Europea de reducir el desperdicio alimentario a la mitad antes del 2030. Por fin, España aprueba un proyecto de Ley contra el desperdicio alimentario.

Como anunciábamos en el artículo de opinión de El Economista, esta ley no solo debe ser una ley contra el desperdicio alimentario, sino que tiene que ser algo más: debe ser una ley contra el hambre, una ley por el bienestar y la justicia social de nuestro país.

El proyecto de Ley que se aprobó el pasado 6 de junio de 2022 anuncia que los distribuidores de alimentos con una superficie útil de exposición de venta al público superior a 1.300m2 tendrán la obligación de llegar a acuerdos o convenios para donar su excedente de alimentos a empresas, entidades de iniciativa social y otras organizaciones sin ánimo de lucro o bancos de alimentos».

Actualmente, España cuenta con 3.769 supermercados de más de 1.300m2, lo que representa el 15,2 % del total de los 24.798. Mientras que en el Anteproyecto aprobado el pasado 11 de octubre 2021, se hablaba de puntos de venta de más de 400 m2 y no 1.300m2. Esto significa que la ley deja fuera al 84,8% de los supermercados españoles.

Operar las donaciones de alimentos en una empresa no es una tarea fácil y supone una inversión en tiempo y dinero. Hay que añadir, que en muchas zonas de España, se convierte en una misión imposible por la falta de asociaciones con la capacidad operativa adecuada. En el artículo de El Economista, afirmábamos que cambiar esta realidad debería ser una de las principales prioridades del Gobierno Español.

¿Cómo se puede conseguir que las donaciones de alimentos se convirtieran en la regla y no en la excepción?

  • Subvenciones a las asociaciones: ofrecer ayudas para que más asociaciones puedan ser reconocidas de utilidad pública.
  • Más formaciones y facilidades administrativas para que así dispongan de la capacidad logística para recibir y distribuir de forma eficaz los alimentos.
  • Incentivar las donaciones por parte del Gobierno: más allá de la deducción fiscal del 35% de los productos donados, se podrían proporcionar créditos fiscales estatales y sin lugar a dudas, aumentar la deducción fiscal al menos al 50%. De esta manera, las empresas invertirían en soluciones de gestión de excedente como Phenix: más efectivas y beneficiosas desde un punto de vista financiero, social y medioambiental.
  • Facilitar los recursos imprescindibles para cumplir las obligaciones sin que suponga un coste y esfuerzo inasumible.

¿Te gustaría saber cómo podemos ayudarte a gestionar el excedente de tu empresa?